No hay espejos en donde mi frente se apoya
Un reflejo de escoria salpica el espacio de la noche
muelo con arte implacable las sombras
y espero que una mano transgreda el silencio con caricias.
Olvido. El lienzo del horizonte donde inscribo los nombres,
está quebrado en mil aristas de hielo.
El recuerdo donde sopla en silbidos discordes
hay besos perdidos
dominantes. Besos.
Augures pertrechados con notas escritas en papeles sueltos
vuelan. Son águilas que picotean la piel.
No puede leerse con un ojo.
Una mano extendida en tinieblas me toca.
Sobrecoge el silencio.
Ahora…
se oyen los grillos y cigarras preñadas en la noche.
Tengo la piel caliente y dolorida.
La espera será larga. Tediosa.
La nube tapa la sombra que proyecta la luna.
Miro el cantero sombrío. Se deshoja una rosa.
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