Y sí, es la piel es un pequeño estandarte de belleza
donde duermen las golondrinas con
sus voces
allí donde un vértice generoso se desplaza
hacia el confín misterioso el universo
arquetipo celeste la garganta desnuda de la noche
allí donde se conjura un solsticio
de verano
en la noche impenetrable del arcano
mayor o de un dios pagano
que delira entre la luz triste de
la charca quieta
Y es el labio un deleite
transversal cuando la alondra
desgaja en trinos el rubor amarillo del poniente
en los ojos vacíos de cristales y
oropeles
en el vientre de madreperla tibia y
colorida
que despide al beso que se aleja
por el sendero azul de los sentidos
en las manos pequeñas de caricias
pendulares
en los pies descalzos que desgranan
pétalos dorados
pálidos festones de hilos transparentes que juegan en
su jungla
Y sí, así describo en el alfeizar
de una catedral de arcángeles
plateando la tarde gris con
artificios infantiles a mi estigma
sale a mirar el norte en su
plenitud de luciérnagas
camina hacia el pequeño rectángulo
de estrellas rosadas
que desplazan las sombras hacia el
mar crispado de sonrisas
ahora déjame revelarte mi nombre
entre las capas de sol, el arcoiris recuerda la memoria ancestral
el dulce sueño de un amanecer entre jazmines ese es
el nombre
sigo así apenas nombrada apenas
tan solitaria tan triste tan persistente tan replegada
como la suave piel de un niño
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