jueves, 16 de agosto de 2018

CAÍDA INEXPLICABLE




Caen cual ramas secas sobre mi esperanza las palabras.

Caen como escarcha en la hierba los desalojos del silencio.

Caen como cristales de esmeralda en mi espalda crispada, los tal vez.

Caen cilicios y el oprobio sobre la conciencia humana.

Caen las calles acorraladas de oscuridad en las noches heladas.

Caen hombres con el estrépito de los derrumbes en la tierra.

Caen también las preguntas y los miedos sobre la mesa sin pan.

Caen, acaso como estrellas sutiles los copones con vino derramado.

Caen, sí, las lágrimas de los niños de la guerra en el mutismo.

Caen las rosas de escoria ensangrentada en las calles de Alepo y Damasco.

Caen los corazones abiertos como lirios de muerte en las calles de Israel.

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