¡Acaso, en esta noche te he soñado despierta!
¡Mutilado el espanto, agitado el aliento!
¡Tu rostro bello y noble, tu cuerpo y mi conciencia!
¿Acaso en esta noche te he deseado en mi lecho?
La esperanza soñada
y la moral dormida.
¡Pensando en tu sonrisa, abrasada en tu fuego!
No puedo, yo amarte como
una virgen quieta.
¡He gritado tu nombre y he soñado tus besos!
Acaso es necesario, y mejor que ya duerma.
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