lunes, 27 de agosto de 2018

INQUIETUD.





¡Acaso, en esta noche te he soñado despierta!

¡Mutilado el espanto, agitado el aliento!

¡Tu rostro bello y noble, tu cuerpo y mi conciencia!

¿Acaso en esta noche te he deseado en mi lecho?

La esperanza soñada y la moral dormida.

¡Pensando en tu sonrisa, abrasada en tu fuego!

No puedo, yo amarte como una virgen quieta.

¡He gritado tu nombre y he soñado tus besos!

Acaso es necesario, y mejor que ya duerma.



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