Yo, peregrina del manantial mágico del sol
Rodaré entre muchedumbres de perlas de colores
Silenciaré la marea de los párpados granate de su rostro
Una mágica mercenaria de los
sueños que caen
Colmado mi regazo de diálogos y miradas sutiles
Aquieto los párpados y la piel con azúcar dorada
Ya no sangra mi herida. Gira mi pensamiento alrededor
De un arco iris de niebla multiforme. Silencio y agua.
Los pañuelos vuelan por el aire como pájaros perdidos
Adioses que se vuelcan a los álamos de otoño.
Yo, peregrina, rodaré en las tardes con la pandilla
Seguiré corriendo en busca de una mirada.
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