Te imagino ingresando en el muro invisible del arcano
Buscando con tu sonriente ternura la verdad
Mirando con dulzura a cada espectro que surque el espacio
A la tierna imagen del amor perdido.
Te imagino inquebrantable; buscando, espiando, atisbando
Soñando con la piel transparente que refleja
En un lago de néctar intangible los besos que perdiste.
Hoy conquistarás en tu búsqueda la gloria de la luz
Sonríe, canta y bebe ese vino generoso que abrigó tus noches solitarias
No estarás más solo, este es el tiempo de tu viaje
Volarán millones de mariposas amarillas,
Libélulas celestes cubrirán la piel de tu misterio.
Comenzará tu gira en las trincheras de los viejos soldados que cayeron
Con sus lanzas rotas y sus sotanas entintadas con lágrimas de fuego.
Te imagino asomado con tu rostro de niño-hombre- niño
Asomado, sí, asomado a tu historia de conquista y de lucha.
Esperando una paz que se fue por la “guajira” y no vuelve.
Te montaste jinete a un corcel que no regresa
Arráncale la bandera y en el fusil de nieve, agrégale una flor
La que el abuelo blandió con sus silencios.
Encontrarás en los sueños tu verdad perdida.
Asómate de nuevo, hermano mío.
Tomaremos un vino con color de fuego ardiente
Con la sangre caliente y peregrina de esa que te robó tu mujer
Juega hoy con el asombro y la tristeza.
Asómate al misterio que apremia en esta epifanía.
Me desgajo como dalia marchita, peonía herida.
Deja que te recuerde con espuma de muerte
Cuando volaron las aves de hortelano y el tiro de fuego insuficiente
Se cayó entre las ramas del árbol de la vida.
Volarán los recuerdos en nuestras manos vacías.
¡Hoy te lloramos!
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