Un rastro en la
piel de tu ternura
Los ojos de
nuestra laguna de caireles perdida en la tarde de mayo
Esa claridad de
festival de invierno en la mañana
un azulado
vestigio de felicidad en las pestañas con espejos
que se
entreabren en la noche bajo el fuego de la luna
Dejé apenas un
castillo entre la fronda del bosque
ese enmarañado
entretejido de pensamientos y besos.
Un bosque de
pensamientos que se pierden en mi
Arreciando el
trueno de suspiros en tus labios jóvenes.
Ánimo, me
dijiste entre risas y palmadas …
Y ahora dejaré
un pedazo de mi piel entre tus manos
Que como arcilla
de alfarero transformaremos en un nido.
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