La mirada mágica me devora el fuego
de escribir.
La tiniebla opaca mi palabra de
poesía simple.
Repta tu mirada líquida en mi piel dormida.
Ávidas lianas retuercen la calle que
atravieso.
Bailan las estrofas y juegan los
grafemas.
Un texto hueco en la página en
blanco, sueña.
¿Dónde está la cresta de la ola, la
llave que me abre?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario