jueves, 15 de octubre de 2020

CLOTA VIAJA AL CONTINENTE BLANCO, CUENTO PARA GRANDES Y NIÑOS

         Habían pasado varios meses en " Salí, si te Dejan". Todo estaba muy tranquilo, como debe ser en un pueblo de gente buena y trabajadora. Los chicos, siempre jugando en la plaza, aprendiendo a cantar con su natural alegría, y los abuelos ganando partidas de bochas, damas, dominó y entretenidos juegos.

         Caminaba Clota hacia el mercado, con una linda cesta de mimbre, y sus infaltables y alegres polleras, cuando se encontró con Irinalda Roca, la tía de Cosme Roca, su ex alumno de 1987. Ella, Irinalda, le habló maravillas del muchacho que investiga la fauna autóctona del sur y le avisó que pronto vendría al pueblo a visitarla. ¡Es un gran científico su exalumno!

         Así, supo que vivía en un lugar lejos, donde hace muchísimo frío, la Antártida.

 Cuando llegó el joven, le llamó por teléfono y se pusieron de acuerdo para juntarse a conversar, ¡tenía muchas cosas para contarle a su querida Clota!

         Llegó con un paquete de bizcochitos y un enorme chocolate con almendras, que comieron entre té y café. Así, la entusiasmó tanto, que pronto Clota, sintió el deseo de ayudarlo con el hermoso trabajo que realizaba en el sur. El viaje fue preparado con la más grande de las precauciones y entusiasmo, ya que entre el hielo no es fácil vivir. Ella se llevaba un equipo de color anaranjado fosforescente, con una manta multicolor que le dio la Tía Nené, de pura lana. Gorro y guantes muy abrigados bordados con mostacillas. ¡Dejó los botines y se puso botas especiales para la nieve, y por supuesto, llevó sus calzones con puntillas, que se morían de calor y sofocones! Se tiñó el cabello de un precioso color verde brillante y las uñas amarillas, para que la vieran bien, en la blanca soledad. Así en un avión pintado con rayas violeta, con tréboles verdes y mariposas multicolores, sobre el fuselaje anaranjado, aterrizaron en " Marambio", donde un grupo de amigos los esperaban con “leche chocolatada” y churros rellenos de dulce de leche. Una gran ceremonia la sorprendió, sí, Clota no sabía que tendría una comitiva de atildados pingüinos, que con sus trajes de etiqueta la vinieron a recibirla, haciendo un aplauso festivo, dieron la media vuelta y partieron a buscar algún otro ser humano a quién agasajar. Luego se acomodó en un cuartito pequeño, pero lleno del calor de los amigos de la "Base Argentina" y así comenzó su aventura polar.

         ¡La verdad es que habían tenido un gran problema! Sí, habían sorprendido a un grupo de atrevidos y malvados, tratando de robarse unas crías de focas. Cazadores furtivos que con enormes arpones habían intentado atrapar unos ballenatos y golpeando a unas elefantas marinas, que tenían crías, hicieron mucho daño a la colonia. ¿Quién puede ser tan cruel?

              La buena "Seño Clota", comenzó la búsqueda, siempre ayudada por los habitantes de la “base”. Sin parar, buscó y buscó, hasta que vieron un avión pintado de blanco, escondido entre la nieve. Los que habían llegado en él, eran de un lugar muy triste, donde no habían descubierto aún, lo lindo que es vivir en armonía, libertad y paz. El país del cual provienen se llama " Torreón Maléfico" y tiene un presidente tirano, gobernando desde hace como cuarenta años.

         Los chicos, allí no saben, que existe una "ley de amor y de defensa de los derechos de la vida".  ¡Están muy callados y no saben cantar, ni jugar y no van a la escuela, porque si aprenden cosas importantes, los tiranos se tienen que ir! Clota se acercó con mucha cautela, enseguida la rodearon los hombres de gris, y en una forma descortés la obligaron a subir a la nave. Allí, grande fue la sorpresa cuando vio pieles de focas, de elefantes marinos; barriles con grasa de ballenas y de orcas, pingüinos en jaulas y palomas polares encerradas. Las lágrimas de nuestra amiga se iban congelando en las mejillas. De pronto, se hizo un gran silencio. Un grupo de defensores del lugar, científicos y amigos de la base, llegaron hasta el avión pirata, y advirtieron lo que pasaba :- ¡ Clota, baje del avión, estos malvados deberán cumplir con las leyes establecidas!- gritó el jefe desde abajo.  Ella no quiso dejar a los animalitos y una a una fue abriendo todas las jaulas. Así lograron salvar muchos amiguitos antárticos. A los ladrones los llevaron lejos y nunca podrán regresar, como castigo.

         En la Base Marambio, desde entonces hay banderas con estrellas bordadas con perlitas de colores, flores con pétalos del arco iris y mariposas de alas doradas y plateadas, que dejó de recuerdo Clota y que cuidan sus amigos. También cantan alegres canciones que crearon juntos, y comen las riquísimas masitas que ella, les enseñó a cocinar. Hoy Cosme Roca guarda una foto hermosa de "su maestra" rescatando los preciosos "pingüinos, focas, ballenas y todas las aves del lugar".

         ¿No crees que todos debemos cuidar igual a los hermanos animales? Y... ¿A los chicos? ¡Porque sí, que a veces te peleas mucho! ¿Verdad?

 

         Tolón-tolón, tilín-tilín, esta aventura llegó a su fin.

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