Ellos saben que no como ni cerdo ni morcilla. Llegué de Bahrain ayer y sólo he probado un té. Luego de la oración con Ahmed, Karim y Mohamed, me senté y observé que mezclaron arroz, berenjenas y cerdo. La bandeja rebosaba olores y colores, pero fumé sin probar bocado. Vi, en la mesada un trozo de pan con queso de cabra. Con eso comprendí el desprecio y partí. Yo soy devoto musulmán.
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