martes, 13 de octubre de 2020

UN PERFUME DE LILAS

 

En mis noches de octubre escuché la promesa

de una pampa en horizonte ciego y peregrino.

Un perfume de lilas fraguó libertaria la calle.

De piedra la memoria del hombre en el exilio.

 

Inmóvil la mirada en las nubes de invierno,

los párpados cosidos con lágrimas de alambre

buscan el pan caliente para paliar el hambre

perfumado con sangre el dolor de su infierno.

 

Y un tango, sonata inconclusa del puerto viejo

profetiza a cuchillo, una historia con aroma de vino.

Así es mi Buenos Aires, mal aire la cobija

 

en la niebla de invierno con sudestada y frío.

Perfume de azahares en sus rejas se enreda

y una luz  en la esquina le apaña las heridas.

 

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