jueves, 23 de febrero de 2023

¿QUIÉN PODÍA EXTRAÑAR EL BESO DE LA LUNA?

 

Y fue en la noche

que cayó una lágrima sedienta de simpleza

cuando un murmullo de acequia adormecía

el suelo y

la canción trataba de soltarse.

Nadie escuchó la caída desde el sueño.

¿Quién podía extrañar el beso de la luna?

Si en cada estribo de sus besos

queda una astilla que se arquea hacia lo

infinito del silencio.

Una lágrima

cayó sobre el corazón alterado de tristeza

y allí

creció con un dolor plateado

con pétalos de ámbar

fue

un dolor nuevo, noble, saturado

de perfume a violetas

cargado de prestigio

solidario con estrellas dormidas.

Un dolor

que se agitó sorprendido

con los sueños aciagos y

mañana

tal vez mañana, frutecerán las manos

dejará que crezca un mundo de arlequines

arropados saltarines de colores vistosos

carcajadas de niño, esperanza.

Ahora cierra la noche una guiñada fresca entre las nubes.

Ahí te escondes

con cada párpado cerrado de la luna.

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