lunes, 18 de julio de 2016

BROMISTA


EL BROMISTA.


            Nació con un destino marcado. Su padre se esfumó y su madre siguió como a un rayo de luz en la tormenta al galán de teatro que pasó por su pueblo de provincia. La abuela, dulce y generosa se atrevió a desafiar la vida y lo educó con esmero. Toda su infancia fue estimulado y era feliz por eso y sólo por eso vivía haciéndole chanzas y bromas a sus amigos. Ellos lo querían por su buena predisposición y generosidad. Cuando terminó el ciclo secundario y su pueblo no tenía nada para darle los profesores - amigos, lo instaron a viajar a la capital para ingresar a la universidad. Allí logró honores y premios, becas y apoyo económico y además el reconocimiento al alumno más divertido y brillante para los actos académicos, donde descollaba por su ingenio. También conoció a una joven inteligente, culta y refinada, a quien amó con natural presteza. Loco de ternura y emoción  la desposó en breve tiempo, formando una familia hermosa y muy graciosa. Al tiempo nació su pequeña hija Anelisa y después el pícaro Lautaro, que llenaba de dulzura sus vidas. Eso no impedía que en el club y en su oficina, José Carlos no siguiera esa retahíla de chistes y chascos de mil formas y modos con sus amigos y compañeros. ¡Se la tenían jurada!

                        Una mañana envió a su amada Lucrecia con los niños en su avioneta particular a buscar a su adorada abuela. Allá fue la amante esposa y sus retoños. Cuando promediaba el mediodía en su oficina comenzó a zumbar el fax. Mientras leía un dolor agudo comenzó a aprisionarle el pecho. Se ahogaba y perdía lentamente la visión. ¡Terrible accidente, avión estrellado en las sierra¡ ¡Imposible recuperar a tu familia...! La luz se iba apagando en sus ojos, una sombra gris- rojiza afloraba delante de sus manos que alcanzaron a tomar con fuerza el calendario que en letras claras en color fosforescente decía..." 28 de diciembre" Día de los Santos Inocentes, caíste en nuestras manos. Tus amigos del club y cayó sin con un principio de infarto sobre su escritorio. La ambulancia llegó junto con su esposa que desesperada le decía que lo amaba. 

                                                                      

 

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