Ayer cobré mi sueldo y ¡Oh,
sorpresa!, me dieron un premio por asistencia y productividad No lo esperaba
Salí de la oficina como quien espera un milagro o mejor dicho, como que recibí
un milagro Caminé hasta la parada del colectivo y en la cola, me habló una
mujer sobre lo caro que está el pan y la carne de ternera Yo apenas le contesté
En verdad como poco y me sostengo con lo que gano Pago mis gastos fijos: luz,
gas, teléfono y las tasas municipales Lo que me queda lo separo en dos, la mitad
lo ahorro y el resto es para comer, comprarme alguna ropa y calzado También
suelo ir al cine o al teatro Sola, no tengo amigas ni parientes Vivo en la casa
que era de mis abuelos Está algo anticuada, pero para vivir como vivo está bien
Tiene esas habitaciones de techos altos, el baño entre los dormitorios, la sala
da a la calle pero no abro nunca la ventana para evitar que me vean y la cocina
es pequeña como mis ganas de comer Aun tengo las cortinas que hizo la abuela y
en el patio los helechos que ella cultivaba Hay una enredadera de glicina donde
los pájaros hacen nidos y cada mañana me despiertan con su canto Los más lindos
son los colibríes Hoy viajo en el colectivo especial, es más cómodo y seguro En
la oficina me saludan sin verme, siempre igual, soy como esos estantes llenos
de carpetas numeradas con los oficios y los expedientes de juicios que nunca se
tramitan porque nadie los paga Me voy a ir a comprar un par de medias y zapatos
cuando salga Volveré media hora después, nadie sabrá que no llego a casa en
hora, sólo, María Laura, mi vecina que me espía porque no cree que no tenga a
nadie
Me pongo el
abrigo liviano por si refresca, siempre en el bolso que era de mamá, llevo el
paraguas reducible y escondido en el corpiño, que también era de mamá, llevo
veinte pesos por si me pasa algo ¿Qué me puede pasar? Yo qué sé, una caída con
fractura, un asalto que están tan de moda o me atropellan… no sé Salgo y nadie
me contesta el “hasta mañana” porque para mis compañeros no existo Subo al
colectivo Me siento y miro por la ventana, en el común, parezco sardina
enlatada Nunca me puedo sentar, me empujan y hasta me han cortado con navaja la
cartera para robarme ¡Sorpresa se llevaron porque en la billetera solamente
llevo plata de antes de Alfonsín! No vale
nada La rabia que les debe dar Yo me río y sigo en mi mundo El coche se ha
detenido por una manifestación de piqueteros Desvían el camino varias cuadras
Cuando quiero acordar estoy lejos de casa y el chofer nos pide que bajemos Ya
vienen a buscarnos otro coche La calle es hermosa Está llena de vidrieras con
cosas antiguas Me detengo a mirar ¡Una tacita de porcelana me llama la
atención! Es hermosa Tiene un cartel con el precio: $20 Entro al negocio para
mirarla mejor y el hombre me mira con dulzura ¿Le gusta? Sí, me hace acordar a
mi abuela Jugaba conmigo a tomar el té en una tacita como esta Llévela, está
regalada, es alemana de antes de la guerra Ya no quedarán muchas de estas
Pienso en los veinte pesos que escondí en mi corpiño y me produce una sensación
de amor ¡La llevo! ¡Saco de entre mi ropa el dinero y le extiendo el billete!
Mire esta, me dice y me muestra otra de color verde esmeralda ¡Es preciosa,
pero no tengo más dinero! Se la regalo Usted se ve muy triste y yo ya estoy por
cerrar definitivamente el negocio Mi mujer, después de cincuenta y cuatro años
de casados falleció el mes pasado Un cáncer, sabe, sufrió mucho Se parecía
mucho a usted ¡No le puedo aceptar! Yo soy una mujer decente ¿Y para qué quiero
otra tacita? Soy sola Y yo, carraspea, tengo poco tiempo para seguir a mi
esposa Todavía tiene un tiempo largo para vivir ¿Cómo se llama? Matilde Ferrari
¿Cuántos años tiene? Cuarenta y seis Vio que tiene muchos años para disfrutar
de mi regalo Llévela, pensaré en las buenas manos en donde está ¡Gracias! Salgo
con las dos porcelanas envueltas en papel de seda y es casi de noche Tomaré un
taxi, aunque es caro pero ayer me pagaron horas extras y el premio, me lo
merezco El chofer me mira sorprendido cuando le doy la dirección, es lejos de
acá, ¿está segura? Sí lléveme tengo en otro lugar oculto plata para pagarle La
casa está oscura y parece triste, un mausoleo, pero entrego el billete y me
bajo Entro y prendo varias luces, estoy muy loca. Me despojo del abrigo y me
saco los zapatos Uso las zapatillas de papá y me dejo caer en el sillón para
desatar el envoltorio con las tacitas ¡Son hermosas! Las ubico sobre el mueble
de roble del comedor de los abuelos Allí están todas las cosas de ellos y de
mis padres, hasta los regalos de casamiento de 1960 y están sin uso porque
ellos no recibían a nadie Apenas miro con detenimiento el mueble y veo varios
pocillos de porcelana china y japonesa Hay como siete diferentes ¡Son tan lindos!
Acomodo las nuevas de manera de verlas y me gusta, me siento alegre, canto y
bailo sola abrazada a mí misma Parezco loca Me voy a dormir, mañana tengo que
ir temprano a trabajar Llueve y en las glicinas los nidos se mojan Las sábanas
están heladas y húmedas, voy a ventilar abriendo las ventanas pero no los
postigos Tengo miedo que entre alguien Sueño con tacitas de porcelana de mil
colores Me despierto y desayuno mirándolas en el mueble Iré a buscar otras por
ahí cuando salga del trabajo Le pregunto a mi compañera de escritorio si conoce
algún lugar donde vendan pocillos antiguos Me mira extrañada Sí, en calle
Leónidas Paredes y Pringles. Ahí hay una compra venta que tiene de todo y es
barato Yo ahorraré en la comida: el lunes arroz blanco, el martes fideos con
aceite, el miércoles polenta con margarina, el jueves garbanzos con perejil, el
viernes… zapallo hervido, el sábado sopa de cebolla y el domingo menudos de
pollo hervidos con sal y tomate No gastaré ni en carne, ni en pescado, ni en
pollo, ni en fruta Me gusta la fruta y es necesaria, comeré media naranja por
día Así podré comprar más pocillos de porcelana No me cortaré más el cabello
con el peluquero de papá, me lo cortaré yo o me lo dejaré largo Usaré menos
luz, menos gas y nada de chucherías ¡Quedan tan lindas en todos los muebles, la
mesa, el piso, el tocador! Tengo trecientas cincuenta tacitas de porcelana:
inglesas, japonesas, chinas, alemanas, españolas, húngaras, rusas ¡Perdí la
cuenta! Bajé de peso, tengo tos y me caigo seguido, los huesos están frágiles,
pero en lugar de ir a los médicos, me compro pocillos de porcelana ¡Siento frío
y me duele el pecho! Mamá, papá, abuelos… ¿Cuándo llegaron? Miren qué linda
colección de tacitas de porcelana que tengo. Siento mucho frío, me siento volar
en el aire, me estoy muriendo ¿verdad?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario