jueves, 10 de septiembre de 2020

 

LA FRÍA GRAN BRETAÑA

 

Llegar una Argentina a Londres es toda una experiencia. La primera vez que fui, no había existido aun, la Guerra por las Islas del Atlántico Sur con Inglaterra. Nosotros queremos recuperar las llamadas Islas Malvinas, Georgias del Sur y Orcadas, a lo que los británicos llaman “Falkland”. Es un tema sensible para nosotros y enojoso para ellos. Sin embargo como personas de bien, fuimos a conocer esa enorme Isla Británica.

Londres es una hermosa ciudad que a pesar de los miles de bombas que la destruyó en la segunda guerra mundial, se ha levantado como Ave Fénix de sus cenizas.

Hicimos el itinerario de todo turista: Conocer el palacio Real, castillos antiguos, la Catedral donde se corona a la Reina o Rey, el maravilloso Museo en donde hay obras “prestadas” sin voluntad de ser devueltas de varios tiempos y países.

Junto al Palacio donde dicen que habita la Reina, está el museo con las joyas de la corona; luego de hacer una cola bastante larga, ingresamos y comenzamos a ver alhajas hechas en India, Pakistán, Francia, España y por supuesto América toda: Brasil, México y hasta de mi país.

Cuando en un momento me acerco a una de las vitrinas para ver mejor, me dieron un grito que me paralizó. ¡Qué atrevida esta mujer! ¿Cómo se atreve a estar tan cerca de una joya como la Corona que tiene nada menos que el famoso Diamante “Koinor” y piedras enormes engastadas en oro, platino y quién sabe qué otro metal preciosos?

Aprendí, que hay que serenarse y no decir nada, pedir disculpas y seguir, no vayan a creer que soy una indígena sin educación o quiera robar la corona de la Reina

Nos mostraron en el jardín los cuervos que cuidan y alimenta una persona del palacio porque existe la leyenda que si no queda uno sólo, cae la Corona y se termina el reinado de Gran Bretaña. También, amorosos ellos, nos llevaron a ver el lugar donde el Rey Enrique VIII, hizo decapitar a varias esposas y enemigos que parece que no lo amaban mucho. ¡Dios, qué horror! También nos mostraron una pared donde según explicaba el guía, hacía muchos años, habían encontrado en un doble muro, los cuerpos de dos adolescentes, hijos de un rey que habían amurallado y desaparecido para que otro hermano o pariente tomara el trono. ¡Una belleza de familia!

Pero reconozco que la ciudad de Londres es hermosa.

La ciudad tiene un aire moderno, clásica y llena de vida. Fuimos al lugar donde en un sótano cantaron por vez primera los amados “Beatles”, hoy siguen debutando grupos de música y uno puede beber un “Ale” cerveza negra en una enorme copa de vidrio con esa espuma frágil y deliciosa para el sediento. Fuimos a “Harrods” a tomar el té. Fue un éxtasis. ¡Muy caro pero tan paquete! Luego recorrimos los pisos de la tienda más antigua y famosa, creo, de la ciudad. Allí vimos el homenaje que le han hecho a Diana la Princesa Triste y a su prometido. Nos cruzamos con numerosas mujeres musulmanas, que vestían sus túnicas negras y cubrían sus bellos rostros. Creo que eran las únicas que podían comprarse las piezas de ropa o cuero en zapatos y carteras, ya que para nosotros eran inalcanzables. ¡Es un lugar de la Mil y una Noche!

En Picadilly hicimos lo increíble, ver pasar en auto a la reina Isabel que me pareció una mujer solitaria y triste. Autos adelante con sirenas y atrás, la seguían a pasos para que nadie se acerque. ¡En verdad, me dio pena! Ha tenido una vida muy larga y difícil.

El museo Británico es una maravilla. Al ingresar está la “Piedra Roseta” que un joven de catorce años, llamado Champollion descifró los jeroglíficos egipcios. Había una multitud, por lo que seguimos a las salas donde había parte de los frontis del Partenón. ¡Justo ese día nos enteramos que en Afganistán habían dinamitado unos antiquísimos budas de piedra los Yihad! Por lo que yo pensé, por lo menos, los frisos no están perdidos ya que en Grecia, al Partenón, lo habían usado para guardar explosivos en una guerra.

Luego pasamos por varias salas de pintores famosos donde la vista se embeleza con tanto arte. Cansadas regresamos al hotel, donde como todos los días comimos pescado con papas. ¿Pensar que antes que Cristóbal Colón, llegara a las costas de América; no conocían ese tubérculo comestible y rico?

En una de las tantas excursiones nos llevan sin decir claramente qué había allí. Bajamos del vehículo y caminé por un estrecho sendero y de pronto… ¡OH, sorpresa! Mi corazón dio un salto gigante. Frente a mis ojos estaba “Stone-Age”  Stonehen el monumento paleolítico más estudiado en la escuela y estaba allí, ante mis ojos asombrados y temblaba de ternura. Es una de las situaciones más hermosas de mi existencia. Las había visto en todos los libros desde mi escuela primaria, hasta el secundario y simplemente millones de  años estaban así, como un lugar familiar en mi camino. Sólo el frío y el viento me sacudieron y caminé alrededor imaginando los seres humanos que habían levantado semejantes piedras sin herramientas modernas, sin ayuda tecnológica y eran hermosas y cumplían su espacio para recordarnos cuánto de humanos somos y cuánto le ha dado Dios a los hombres para que elevaran ese círculo mágico de enormes piedras. ¡No voy a olvidarme nunca mientras viva lo que sentí en ese momento!

Cuando partimos para Escocia, supe que iba a un país de ensueño. El sonido de las gaitas, las faldas Kil, las leyendas y cuentos de la época de los celtas, me dieron un regalo precioso. Conocí varios castillos y también viejas catedrales e iglesias que se han transformado en templos Anglicanos. Respetaron mucho, en algunos, antiguas reliquias de santos católicos y estatuas de la Virgen María. Igual Escocia es muy parecida a Irlanda. Luego conocimos Gales, es una región muy verde, con ríos y riachos por doquier, con pequeñas casas típicas en las ciudadelas y otras con techos de paja (creo yo)  que se ven en la campiña. Me quedé encantada y muy cansada físicamente en ese viaje. El clima me resultó muy duro. La gente amable y educada, nos miraba raro a veces cuando nos preguntaban de dónde veníamos y decíamos: Argentina. Muchos de ellos habían dejado algún familiar en las islas del sur.

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