UNA MIAMI PARA DESCUBRIR
La primera vez que fui a Miami, me pareció una ciudad comercial. No soy
de las que mueren por ir de compras a los “Shopping”. Encontré argentinos y
latinos por todos lados. El calor era agobiante y sólo en ciertos lugares
disfruté de algo de arte y paisajes bellos. Me sentía en una película de
televisión.
Cuando viajé la segunda vez, fue distinto. Me encontraba con los colegas
de América y de ellos, la mayoría eran mis amigos escritores que llevaban sus
poemas, narraciones y trabajos de la palabra. ¡Una fiesta para el Alma! Ese era
el Miami que no conocía.
En la universidad con profesores y grandes personajes de la palabra de
México, Guatemala, Perú, Costa Rica, Colombia, Chile, Puerto Rico, Venezuela,
Uruguay, compatriotas míos; y de algunos
países de Europa, Asia y África. Un sueño.
Nos reuníamos, no solo con poetas, también artistas plásticos y músicos.
Nos faltaban oídos y ojos para escuchar y ver, para disfrutar de las
narraciones, ponencias y mensajes de cada pueblo y de sus terruños.
Las propuestas de los ecologistas eran lo nuevo. Desde
La enorme pena del hambre y falta de libertad.
Pero hubo poesía, novelas de exquisita hechura, narraciones de un nivel
increíble que enriquecía a todos los expositores.
Se cantó, se bailó, se hizo música de aires afroamericanos, y, la
“negritud” presente llenó de color y vida el encuentro.
Gracias a una de las universidades, nos invitaron a conocer los
Everglades, que sirvió para trasladarnos en los extraños vehículos que se ven
en las películas. Un enorme ventilador mueve sobre el agua mansa, pero llena de
cocodrilos, a un puñado de “locas y locos” soñadores poetas. Conocimos al
“Cacique de la tribu” que aun vive en ese lugar, un simpático anciano con su
ropa actual, pero que portaba la honra de su tribu en los colores de su
chaqueta. Yo, que soy nieta de inmigrantes, sentí que cuando se hiciere un encuentro
en mi país, es imprescindible invitar a la gente de la nación Qum, Guarany, Huarpe y lo que queda de otras
sociedades nativas. Sería una verdadera reconstrucción y reconocimiento a su
historia.
Ver en
Alienta ver y vivir la diversidad, la libertad y el entusiasmo de los
escritores que fuimos y de los que nos recibieron. Y me Honraron dándome el
Título de “Embajadora de
¡Fue un Miami diferente!
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