miércoles, 30 de septiembre de 2020

VIAJEROS ESPACIALES del Libro "De Trenes y algo más"

  

           El movimiento era errático al acercarnos a esa nueva atmósfera desconcertante.    La nave no respondía. El Wystux, se desintegraba en la corteza de la nave y comenzaba a menguar el combustible que sufría transformaciones. Sijux,         interpretó que en cualquier momento la nave colapsaría, estrellándose. Llamó al             operador, pero no recibió ninguna señal. Urdikah, el piloto, le señaló una grieta    que se abría y haciendo un último esfuerzo, captó el resto del combustible en la           cápsula y la desprendió de la nave madre. Una extraña atracción la absorbió, desapareciendo de los miradores. Sijux, amarrado a su asiento, le señaló a            Urdikah que hiciera lo que mandaban los códigos. Ese pequeño asteroide debía            ser un verdadero basurero cósmico. La nave hervía con el roce agudo y se    adelgazaba hasta hacer aparecer los metales que servían de núcleo. Esperaban             estrellarse o, tal vez con suerte, caer sin destruirse en alguna planicie. La   colisión fue estrepitosa. Aturdidos, quedaron un tiempo a merced de la   curiosidad y el terror. ¿Con qué o quién se enfrentarían si lograban salir? Y, ¿si             había alienígenas guerreros como en el planeta Lecrosch?  Sijux, desprendió las   abrazaderas del sillón y enfrentó a todos los acompañantes. Degresuy, abrirá las     palancas internas para destrabar la escotilla matriz. Descenderé a la superficie a   investigar. La anciana Imato Kiu, pidió ser ella quien descendiera primero,           debían usar sus conocimientos de íconos cósmicos. Era una experta en lenguas                muertas de varios planetas y planetoides.

                        Sijux pidió paciencia, aun la necesitaban si lograban salir y se         encontraban un humanoide, un robot o un ser morfogenético de los conocidos en    otros viajes. Con dificultad salieron y cubiertos con las bolsas criogénicas de             argón y calvenicita, observaron el espacio que los rodeaba. Un polvo cósmico      revoloteaba sobre la cápsula y les hacía detener la vaporación de sus órganos de          vida. Hondos orificios en unas altas paredes de minerales desconocidos, les        indicaban antiguos habitáculos de seres vivientes que, o bien habían             desaparecido o se habían dispersado. Urdikah, observó en derredor          detalladamente cada insignificante trozo de edificación que derribada, parecían            los cráteres dejados por una explosión de la era en que aun existían las guerras.

                        Bajaron a Imato Kiu, quien agradeció la deferencia que le permitiera         desentrañar unos dibujos extraños. Pasó sus sensores sobre los íconos y          monitoreó en consulta los viejos conocimientos que le transmitieran de          generación en generación. Apenas podían respirar los gases que atravesaban la     atmósfera pestilente del lugar.

                        -“Están Ustedes en las Minas de Uranio de Siberia”, “Peligro de muerte” No avance.”- explicó Imato Kiu acopiando en sus chips insertos en la       frente. “¿Saben cada uno de esos sujetos que están expuestos allí, en el polvo      cósmico, son seres que se atrevieron a ingresar en esta Mina? Son sus restos        fósiles. La mina era el lugar donde extraían sus metales. Es muy antigua, más o            menos  de la era de los humanos del extinguido planeta tierra. Han     desaparecido todos. Salgamos pronto de aquí, es muy peligroso permanecer.”     Atrayendo con su agradable voz electrónica a Sijux y a Urdikah, subieron a la            cápsula y comenzaron a elevarse. Desaparecieron en el espacio usando el resto            de combustible que aun conservaban. Debían salvarse como fuera.

                        Desde la pequeña cápsula observaron el páramo. Un largo gusano de        metal, que aun brillaba con los rojos rayos de Marte. Tenía muchos ojos como   mirillas tornasoladas. ¿Qué máquina extraña sería esa? Imato Kiu, releyó sus        íconos. ¡Tren, antiguo vehículo para transportar personas a lugares lejanos!           Ahora parecían sólo inútiles “vermes” destartalados por la contaminación.

            |           ¿Saben, hubiera sido interesante conocer a fondo ese mundo         desaparecido por “uranio” o contaminación? Dijo Urdikah y los otros rieron       como siempre de sus ocurrencias.

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