viernes, 13 de noviembre de 2020

ATRAPA SUEÑOS


Fui al piano y me senté. Mi amado piano. Mis manos se movían solas, como si tuvieran independencia de mi cuerpo y de mi mente. La melodía era hermosa, perfecta, pero no la conocía.  No era ninguna de las canciones de los músicos que me había enseñado mi profesora de piano.

Mi mente se quería guardar en su memoria esa melodía. No podía, algo me impedía guardarla. Era como cuando comemos en los sueños un chocolate y no sentimos el sabor.

En el momento en que me desperté, fue como cuando los pájaros salen todos volando de un árbol, así se fueron las notas de la melodía, todas salieron escapando por encima del piano y me quedé sin ella.

Todo el día quería recordar aquella música tan bonita, fui a la escuela pero no escuchaba nada, sólo quería recordarla.

Pero era imposible.

Ni bien llegué de la escuela me senté en el piano, comencé a tocar desde Mozarth a Pink, tal vez si me inspiro puedo recordar.

Pero nada.

Espere ansiosa la noche, quería tener sueño, quería escuchar otra vez la melodía, quería tocarla, quería atraparla.

Nuevamente me fui a dormir, y mi último pensamiento fue imaginarme sentada, en la sala, tocando la melodía.

El piano otra vez. Las teclas blancas, brillantes. Veo mis manos que comenzaron a moverse solas, otra vez la melodía mágica. Hoy está más bella. En mi sueño cierro los ojos para escucharla mejor, así hago cuando quiero escuchar una canción que me gusta mucho cuando estoy despierta.

Otra vez intento atraparla. Preparo mi mente para recordar, a cada nota voy anotándola en mi cabeza. Estoy alerta, ese es un DO, aquel un MI, un RE sostenido por allá. ¡Voy anotando todo en mi mente, ya casi la tengo!

Nuevamente como pájaros se escaparon.

Mis ojos se abrieron y vieron techo de mi habitación. Estoy lejos del piano y no tengo la melodía.

Todo el día otra vez. Desayuno, escuela, los profesores, sus materias, no, no me interesa matemáticas, menos química!!  Almuerzo en el buffet, vuelta clases. Eterno ese día.

Y sin melodía.

Pensé que mejor me tomo las cosas con más calma. Tengo que hacer un plan. Voy a cenar poquito, dicen que no hay que comer mucho en la cena si uno no quiere dormir profundo.

Me voy temprano a mí habitación. No me duermo del todo. Estoy más despierta que dormida. No me pienso dormir del todo. Esta vez no se van a escapar.

No sé a qué hora comencé a soñar, pero sabía que estaba soñando, me fui así, dormida, al piano. No abrí los ojos. Me senté en mi butaca. Abrí la tapa. Esta vez las teclas estaban frías, sentí su textura y dureza. Las sentí. Estaba emocionada.

Comencé a mover mis manos entre las teclas, un poco las dejaba hacer, un poco hacia yo. Cada nota quedaba guardada en cada dedo. Memoria. Las estaba atrapando en mis manos.

Sentí a mis padres hablar preocupados cerca de mí. Eso me aseguro donde estaba. En mi piano, mi amado piano, y estaba tocando MI melodía.

Fui abriendo los ojos de a poquito porque tenía miedo. Estaba nerviosa pero feliz, porque mis manos habían atrapado las notas, y las notas sumadas hacen MI melodía.

No deje de tocar, mis padres estaban asombrados, no entendían nada.

Yo sí, atrapé mi sueño.

 

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