martes, 24 de noviembre de 2020

UNA CIUDAD EXTRAÑA

La  ciudad  monolítica de grises y rojos.

Empedrada de miedos, de silencios y gozos.

La pradera incendiada con migajas de soles con una hierva perfumada

Los hombres caminantes sonámbulos, atentos y cargados de tiempo,

En sus rondas minuciosas de esferas y arco iris,

 transeúntes de aceras  rumorosas, hombres

 apostando al futuro de un globo movedizo como ola intranquila

en noche de tormenta.

Como lluvia de estrellas y cometas que agitan nuestros sueños

La calle que esconde, en mi ciudad de estirpe de poeta,

 Abraza con ternura los cuerpos y las almas fantasmales del árbol de madera que incendia las palabras murmurada  al oído de un gigante de piedra.

 

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