Me agacharé en la ciénaga con las manos limpias
Regresaré
del camino sin peces y sin flores.
Te habrás
ido lejos.
Estarás
perdiendo en la memoria mi nombre.
Las calles
se bifurcarán en el bosque de pinos
Muchas
bocas sedientas buscarán el sabor de las lágrimas.
Ya no
estarás, ni estaré para saciarlas.
Será un
adiós definitivo.
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