Suenan las trompetas y caen
las murallas de Jericó,
la de China,
la de Berlín, la de la injusticia y el desamor.
Suenan los acordes de
Nessun dorma,
Va Pensiero,
pero las lágrimas caen como lluvia de astros moribundos.
Suenan los tubos de los órganos y clavecines,
El Mesías de Vivaldi,
La guerra continua,
las trincheras son tecnológicas y letales,
los misiles despliegan su furia contra el hombre,
pobres contra pobres.
Estafas y mentiras de los tiempos,
en las cunetas de las ilusiones,
arrullando niños sin pan, ni libros, ni esperanzas,
Hipócritas nos miran
desde los altos tronos de
Un Mandela, un Gandhi, un Cristo.
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