sábado, 23 de diciembre de 2023

OTRO CUENTO INFANTIL NAVIDEÑO

 

La mamá de Romina y la abuela salieron al Shopping para ver qué iban a comprar de regalo para el arbolito. Cada una sabía lo que quería Nadima e Ismael; Uma y Rocío, Laurencio, Rufino y Víctor, Carla, Josefina y Lorena. Después de caminar varias horas sólo habían comprado tres. – Los precios, hija, están por las nubes. Ni a mí, ni a tu padre nos sobra el dinero. – dijo triste la abuela.

Bueno mamá veremos, en verdad la Navidad no es sólo para gasta y gastar. ¿Qué te parece si hacemos algunas manualidades. Vos sos tan hábil   y creativa que juntas en las tardes mientras los chicos no están podremos hacer varias cosas. -¿Cómo qué?- Por ejemplo podemos hacer mochilas de colores con flores y mariposas para las nenas, y a los varones es más difícil, pero compramos toalla y hacemos ponchitos para salir de la pileta. Le hacemos un dibujo con el nombre y se lo bordamos con esa máquina que duerme en mi placard. Y a los más chiquitos… a las nenas muñecas de tela y trajes de crochet. A los varoncitos pelotas con cascabeles adentro. Para que cuando jueguen puedan escuchar el sonido y se acostumbren a no perderlas por el jardín de sus casas.

-¡Pero los chicos ya no juegan con esas cosas!- Quieren la play station y la computadora. Son los regalos que han pedido. – ¡Mamá  son cosas muy caras y tienen que aprender que hay muchos niños en el mundo que no tiene ni una pelota de goma para jugar!

Sí, hija, es que hemos perdido el sentido de estas fiestas. Antes cuando yo era joven… nos conformábamos con tener una rica comida y cantar villancicos juntos, en la cena de Noche Buena.

Ves, mami, somos nosotros los culpables de que ellos no sepan qué se festeja. ¡Es el cumpleaños de Jesús! No una fiesta cualquiera. No sólo ese Papá Noel regordete de refresco con renos y ruido de campanillas. ¿Qué podemos hacer para que sea una Noche Buena diferente y hermosa?

Por empezar leerles la verdadera historia del Nacimiento y mostrarles que debemos estar muy feliz por ese suceso. Qué tenemos más cosas de las que necesitamos y hacerles ver que con tantos juguetes, los rompen, los tiran y terminan peleando por una simple pelota rota y vieja, a la que adoran.

Bien, haremos una rica comida para esa noche y junto al Pesebre le pediremos a papá que toque la guitarra y al tío Jorge el acordeón y cantemos y bailemos en familia.

Y así, esa Bendita Noche sin tantos paquetes junto al arbolito se divirtieron y lo pasaron “Super bien”

Tolón- tilín este cuento llegó a su fin.

 

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