martes, 21 de febrero de 2017

DEL LIBRO ¿QUIÉN ES DUEÑO DE UNA VIDA? CUENTO


Cinthya Mac Rowells después de la operación supo que nunca quedaría embarazada. ¡Cosas del destino! Su fortuna era voluminosa en bancos de su país y del extranjero, pero supo también que para Patrick, su prometido era imprescindible tener un descendiente y si era varón mejor. ¿Qué podía decirle, la verdad? La abandonaría por esa fila enorme de muchachas casaderas de Danbury.
Tomó la determinación de mentir. Escandalosamente y tenaz aparentó estar embarazada para que Patrick le pusiera el codiciado anillo en el anular y la llevara al altar.
Estaba hermosa y el hombre se obnubiló viendo a la graciosa mujer que esperaba su hijo. El padre O’Cannohill quiso intervenir para aclarar ciertas cosas, pero fue imposible acercarse a los Clark, todos eufóricos con el acontecimiento.
En el viaje de bodas, Cinthya sorprendió a su joven esposo con descomposturas y teatralizó hasta el día que se indispuso y una hemorragia poco convincente quiso delatarla. Ella lloró la pérdida del bebé. Regresaron a Danbury y comenzó la extraña vida de la pareja.
Una mañana la joven esposa sacó su BMW y se metió en una barriada oscura. Paró en el 9014 de la calle Nolan y descendió directamente a una casucha humilde donde la esperaban. Allí contrató el vientre de una inmigrante ilegal, que no salía a la calle por miedo a los inspectores de Aduana que deportan a cada indocumentado que encuentran. Era una joven blanca, de origen latino pero con ascendencia europea. Ojos grises como los de Patrick y cabello castaño claro como el suyo. Pagó cinco mil dólares por adelantado, al nacer el niño, pagaría diez mil más y todos los gastos de medicinas, vitaminas y hospital, que debería ser privado para poder quedarse con el niño.
Dos días después trajo en un condón herméticamente cerrado la semilla de Patrick. Pasó un par de meses y el embarazo estaba plenamente monitoreado. Eran tres bebés, dos varones y una niña. Mientras tanto Cinthya, aparentaba estar nuevamente encinta. Pero disimular tres era demasiado. Con absoluta frialdad le ordenó a la mujer que abortara.
Ésta se negó y amenazó con hablar a la familia Clark. Cerca de la fecha de parto, en medio de un gigantesco lío, tuvo que decirle a Patrick la verdad. Él en silencio, la siguió hasta la casa de la sustituta, y de dos balazos mató frente a la mujer a una Cinthya, que no supo nunca el por qué. Cuando llegaron los policías, Patrick con la futura madre de sus hijos, había desaparecido.

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