Una tormenta
terrible se desplomó sobre el circo...
desdibujando... mi
figura de payaso
en la antigua
carpa rota...
y la bruja de
papel, jugueteaba en el cartel.
Un abanico de
tigres escapaban en tropel
palpitaban por
doquier los elefantes temibles,
barritaban
increíbles entre el perdido confort.
El oso pardo
saltaba y la foca resoplaba expulsando gran vapor,
el monito en un
arcón jugaba a las escondidas.
La pitonisa
Marisa, detrás de un gran candelabro
insistía con sus
cartas, desentrañando el futuro...
El enano y el
barbudo, que se llamaba Martita
envueltos en una
alfombra tratando de no ser vistos
contenían
estornudos y hasta la respiración.
Mientras el viejo
gruñón, dueño de ese gran circo,
con un tenedor de
palo agitándolo en el puño
trataba de juntar
los loros, las palomas y mulitas bailarinas.
La pista era una
ruina, debajo de tal tormenta.
Y yo que de payaso
vivo, con mi zapatones rotos
buscaba en el
alboroto...mi nariz y cornetita.
A la mañana
siguiente entre todos reparamos
la vieja carpa
arreglamos y hoy de nuevo habrá función.
El circo es una
vocación que soporta las tormentas
y a los chicos les
promete... esperanza y alegría.
Me presento...soy el payaso Zoquete
No hay comentarios.:
Publicar un comentario