Me propongo decirte cada día que se
inclina hacia el sol
mi regocijo. Mi pequeño duende que
horcajadas atraviesas el jardín
buscando un juego.
Tus ojitos se escapan hacia el
duende
que habita en tu alcoba, mi pequeño.
Eres flor que me alienta con sus
palabras de manzana y caramelo
un
pequeño trampolín de juguete esconde picardías de seis calendarios
regocijo de mis brazos
niño callado y curioso que habitas mis noches en los sueños
que conviertes mi alcoba en un pequeño cajón de juguetes
que desatas loas hojas de algún libro para encontrar el mago
cambiando tu vida con escamas dolorosas y sonrisas.
Niño ausente, niño triste, niño bueno... duerme.
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