Una
maraña de cintas me rodean me
aprietan
mi nombre
Ni
la – gracia - ni alas que a un vuelo me
desplacen
a
las nubes de esmeralda y delfines.
Soy
un grupo mórbido de matrices dormidas
que
se enroscan y
las penas de un ayer tan cercano como
invierno.
¡Ya
no hay flores!
Fui
la gracia escondida entre los muros pedregosos
de
madera de lágrimas de seda.
Y
al crearme un teatro de belleza
me prestaba
el
arte más pequeño el de los sueños.
Las
princesas y las hadas y los gnomos.
Yo
soy sueños.
El
cristal se rompía con las voces lejanas
que
besaban mi nombre.
Porcelana,
ya era, en mi tosca alfarería.
Tan
sólo soñaba
con
palabras de arco iris y países lejanos
donde
dioses mitológicos egipcios
permitieran
transmutarme en loto
en papiro
Dulce
Nilo tibio Sena leve Arno
Yo
tal vez "Nefertaris" con diademas de plata y de turquesas.
Los
espejos eran sólo enemigos
tan mortales como un áspid o una
cobra.
Hoy
cuando me miro sé que no soy esa...
¿Quién
seré y qué nombre me cabrá en otra vida?
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