A veces...
Sólo a veces
se me atraviesa el Sur en la conciencia.
Mi sur
aunque lo niegue.
Del cráter que fluye indecente...
la sangre estricta.
Aunque cierre los ojos, nada altera la
soledad,
ni quiebra lo inevitable.
La muerte acecha.
Mi sur
desparramado en ríos de pobreza
su herencia triste.
Sigue cayendo el lodo entre sus flores.
Aunque maduren los trigales y el pan...
no alcance para todos. Mi hermoso sur...
Yo, sangre gringa, aferrada a mi cruz....
me asomo a sus heridas
con palabras que quieren ser saetas,
mientras el sur se desdibuja sin cambiar
el destino
de mi pueblo.
Yo, sangre gringa, despierto con el
palpitar
rugiente de mi herida.
Ya no me queda tiempo es cierto...
pero a veces estiro la cuerda del arco y
busco con mi flecha el horizonte.
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