El coronel Juan de San Martín y Gómez, el padre de los pequeños, había
logrado hacerse querer por la gente simple y alegre de la que fuera
"Nuestra Señora de los Reyes Magos de Yapeyú", pero también amaba su
lejana España donde vivía toda la familia. A veces el pequeño mitá José
Francisco, se acercaba a pedirle que lo llevara en la grupa del cavayú y él
alargaba sus varoniles brazos y recogía por la cintura al cunumí y salía
galopando por las callejuelas polvorientas del villorrio dejando un enorme velo
rojo herrumbre entre los asombrados ojos de los mitá nguera .Una eterna
protesta del puñado de mujeres volvían las cosas a su lugar y, iban arrollando
sus pollerones de algodón en las cinturas. Luego ingresaban en el agua fresca.
Golpeaban entre las piedras las prendas para separar el polvo rojizo entre sus
fibras retorcidas en los telares.
El niño era un candil encendido con ojos penetrantes y curiosos. Nadie imaginaba
que sería el hombre más fuerte y genial de América. Allí, solamente jugaba con
su padre que regresaría a España a completar su carrera. Allá se formó José Francisco
y cuando volvió a las Américas, supo poner su sable para defender los pueblos
de la tierra indígena. Cruzó la gran cordillera de los Andes y fue el
libertador de Chile, Perú y la Actual Rca.
Argentina.
Muy lindo e interesante, es una forma amena y distinta de repasar la historia..
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