martes, 18 de abril de 2017

CARTA A SAN MARTIN

                                                                       Mendoza - 24 de febrero del 2000.
Mi admirado José Francisco...
                        Dulce amigo...
                                               Larga nostalgia azulada y agridulce me produce su silencio, pero no sorpresa. Usted sabe que la ingrata distancia en el tiempo y su incalculable espacio en el infinito, impide que su espíritu sensible se acerque a esta arista apasionada de mi alma inquieta.
                                               Terrible estupor castiga mi ánimo por causa de las intrigantes chácharas que escuché sobre sus vivencias europeas y americanas, en bocas tan sazonadas de verde y pútrida cicuta, que un grupo de sesudos y arbitrarios estudiosos, en obscenos claustros donde mercan con sonados retruécanos, resonaban como guijarros arrojados con filosos encantamientos sobre el frágil cristal de su memoria." La incomprensión presuntuosa de quienes creen poder bucear en su alma, en la profunda ingenuidad de sus creencias y verdades..." ¡Nadie creo podrá jamás, penetrar en el lago silencioso de su mente hidalga, en su Ser !.
                                               Miraba anoche unos retratos, -miniaturas-, que amigos comunes, conocedores de esta gran pasión que me atormenta, me han acercado; digo contemplaba observadora minuciosa, en su mirada profunda, la nobleza de su estirpe y su carácter y su fortaleza interior, luego la suave curvatura de sus labios finos descarnados y determinantes para la réplica sutil y nunca aviesa, infiel o artera....¡ Perdón besé su rostro cálido y quieto, con mis ojos y con mi pensamiento !.
                                               Amigo...a Usted le sorprendió saber que soy casada. Pero eso fue hace más de treinta años...¡ no señor mío , no debe sorprenderse!. Ya que con ese digno hombre hemos llegado a esa dulce meseta de silencios compartidos, de perfilados recuerdos agoreros, de inocentes delirios del pasado sin futuro. Yo soy la amiga - esposa, compañera, añeja amante adormecida por la música tenaz del tiempo ido. No se entremezcla con esta intensa mística locura que nace de su historia, de su vida.
                                               Otrora soñé yo, conque sus manos viriles me enlazaran la cintura y como toma usted la guitarra española, roza sus cuerdas tensas, bajo los durazneros en flor, acariciara mi piel sedosa y cálida, bajo la luz crepuscular de mi Mendoza. Así, así soñé una utopía de amor inalcanzable.¡ Su amor humano, amigo mío !.
                                               Hoy quisiera haber estado en el salón limeño, donde con su uniforme blanco inmaculado, paseó su serena mirada penetrante por sobre las figuras gráciles de juveniles damiselas, que rogaban a Dios, por una señal suya que les permitiera penetrar en su mundo mágico y gigantesco, en su épica militar de nuestra tierra gaucha: Ahí quisiera yo haber estado para tomarlo en una contradanza - al que Ud. es tan..., tan poco amigo - y tal vez, tal vez con su copa de oporto ambarino y añejo, caminar entre los naranjos en flor y jazmineros perfumados, hablando con ternura sobre el futuro incierto de esta patria...nuestra.
                                               Señor mío: espero, sueño y deliro por una palabra suya, por un gesto...en esta vida árida y de ensueños.
                                               Pasan los días y las horas en monótonos oleajes uniformes de tinieblas y luz..., de páramo y de selva...que fluya la vida hasta un feliz encuentro...
                                               ¡Con enorme placer he pintado para Ud., en su cumpleaños, un cuadro de los viejos solares de Uspallata; así retornará con la memoria entre la antigua alameda a los tiempos intensos de sus lides! Feliz cumpleaños... no me olvide.
            Siempre suya...como hasta ahora.

P.D.: Mi amigo...corro en remisse a llevar esta misiva a Mercedes o a las niñas, que yacen en la Basílica de San Francisco, como Ud. sabe, en espera, como de otras tantas...Ellas a través del túnel infinito de la ilusoria existencia, la pondrán en sus manos.
                                                           Con pasión...eterna y afiebrada espera.
                                                                                 
                                               Su amiga...eternamente enamorada.
                                                       ARTEMIA ...


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