Te vi como una torcaza rústica y perdida
despreciando sutiles maravillas
robándole la comida a un perro
callejero
igualito a tus sueños, pelo sucio y
tu piel
cargada de rasguños y
penas.
Caminabas
distraído sin cuidarte
como desandan los ángeles sin miedo
las noches fantasmales de tormentas
entre los rieles olvidados de un
país
que dejamos allá lejos.
Pequeño
espantapájaro de carne
barriguita vacía manos sucias
apenas diez palabras te pueblan la
memoria
la mitad son de miedo y de miseria
yo te vi pasar ayer, rumbo a una escuela.
Se te
colaba de tu piel morena
entre los brazos flacos y
mugrientos
la sonrisa del sol y la esperanza
transformada en maestra y en
merienda
calentita la leche y la caricia
del amor sin precio
escrito en pizarras de conciencia.
Pequeña
marioneta sin futuro
estás más pobre hoy,
que una nave perdida en el
espacio y mañana,
tal vez ya no hay mañana
para los niños como vos
sin familia, ni país y sin bandera
que pueblan nuestra patria
esa patria soñada como fértil edén de sabios grande
fuerte
Palomita
que corres sin cumplido
robando
la comida de otra gente
aquí tienes los brazos cariñosos
de una madre sin matriz pero con nombre...
maestra en la ciudad, en el campo,
en las orillas
hacedoras de amor y de constancia.
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