Comencé a desfilar con las garzas colgando de mi flanco
por el inhóspito universo de peltre,
el antiguo paraíso despoblado,
sin plegarias que elevaran el calor de los cuerpos de mármol
que se entintaran con besos calientes
con perfume de mar...de espuma agitada por el viento.
La campiña cubierta de espigas maduras y
amapolas rojas
recibiendo
mi corazón descarnado
mi esperanza.
Un poema se desliza de la techumbre planetaria
me abraza
me sostiene
vuelvo a ser yo misma con los sueños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario