miércoles, 29 de julio de 2020

DESPUÉS, LA ESPERA.



Después... todo fue distinto.
Allí donde estaban tus manos de arenas carmesíes.
Nadie besó mi boca poblada de palabras nacaradas,
Ni llenó mi vasija con pétalos azules.
Tus pasos resonaron con ritmo de tormenta
Y apreté mi silencio entre los brazos firmes.
Carcelera de ayeres que ostentaban tristezas.
Un espasmo de nubes me envolvió recelosa.
¡Sólo quedaron salvos mis ojos sorprendidos!
Con mirada de ensueño y arpegios
De mar embravecido.
Adormeció mi espera un vino agridulce,
Un pan triguero,
Aceite y una lámpara quieta.
De tu cuerpo de piedra y alabastro,
cayó entre mis escombros la nube milenaria
Con lágrimas de ensueño, de paloma y de estrella.
Por eso me detengo.
Quiero reconstruirme.
Seré una esfera nívea y el futuro me espera.



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