martes, 5 de enero de 2021

EL HOTEL

         Joaquín llegó al medio día, ayer, con el pedido. Yo asombrada le acepté. Pero reconozco que es mucho trabajo. Cada pieza con su forma diferente, por deseo de los hombres del refugio recién construido. ¡Es bonito!

           Es un complejo hotelero con cabañas de troncos. Sus ventanas de vidrio doble  la hacen cálida. Una enorme chimenea. Tiene el comedor, donde en la noche podrán jugar cartas, pool, fumar habanos y jugar ruleta.

             Me  dijo Joaquín que han contratado unos músicos, un malabarista y mago, de la capital.  Será un lugar hermoso. ¡Los muebles de madera de pino con ese perfume a bosque! Las colchas de colores robados a las flores del campo. Cada habitación un nido tibio con dos lámparas de Vitró, que le dan un conjuro hechizante a la luz que filtran. ¿Cómo no amarse en ese clima? Invita al romance, al diálogo tierno y amoroso.

              Bueno para eso en cada una de estas piezas pinto un corazón con flores. Pájaros y pinos.

            Cuando termine el trabajo, que es mucho y delicado, me han invitado a la inauguración. Harán un baile con gente de las ciudades vecinas y vendrán actores y actrices. Hasta creo que vendrá alguien de la televisión a filmar.

            Mi vajilla, es decir las bellas porcelanas que estoy pintando brillarán por su perfección y la ingeniosa creatividad. Joaquín ha visto la cristalería y dice que es maravillosa como la cubertería con monograma. Cuando vayamos a cenar me sentiré muy halagada.

            Será un placer comer el ciervo ahumado con aceitunas calabresas y pepinos agrios. Ni hablar de la ensalada de rúcula, alcaparras, ananá y jamón cocido. El té de manzana, perfumado y caliente, con tarta de canela y dulce de grosellas. Los postres son delicias inventadas por un chef especializado en Francia.

            Ciertamente tengo que apresurarme, pronto me llamarán nuevamente para decirme: ¿Ya están listas las cosas? Y yo tengo todo a la mitad.

              ¡Como me duele la espalda! Ya está saliendo el sol, se me han quedado los dedos duros de armar en porcelana los dibujos que me solicitaron en el Hotel. Pero han quedado bellísimos.

             ¡La cara que pondrán los dueños del hotel y los comensales!

 

 

 

 

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