Se derraman todas blancas las olas
en el muelle, entre las rocas, entre algas
mi cuello se eleva hacia las nubes que reflejan la dulzura de mis penas
mis pies, que lentamente se desprenden de la arena, son tibios
me acarician dulcemente la piel.
Sube
mi suspiro tenue te envuelve con sus alas.
y mi ángel que te observa desde el cielo,
sabe que
la promesa que navega en el mar de blanca espuma
me acompaña.
Por eso,
por eso camino por las playas
te encuentro entre las aguas de la aurora.
Un amor no se pierde aunque restalle
o se rompa entre rocas y escape en el acantilado
junto al mar,
o se precipite
en un abismo de ternura.
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