miércoles, 17 de febrero de 2021

RUIDO SILENCIOSO

 Cesa el sonido de la ciudad enloquecida

 

Y me despliego sobre las sábanas despiertas

 

Comienza el sonido dentro de mi cuerpo

 

Una cascada que se distrae entre las piedras

 

El murmullo de las hojas del plátano umbroso

 

Crepitan las ramas de pino en mi cerebro cansado

 

Dándole un profundo espacio a la resina, al fuego en el hogar

 

¿Es mi cerebro un nido colmado de pájaros en celo?

 

Miente mi corazón con el sonido frenético del seso

 

Que acopla el runrún del pecho al alma acongojada

 

Las sábanas me aquietan. Duerme me dicen.

 

En sueño escucho el zigzaguear de mis neuronas

 

Que mastican el sueño delirante y bello. Duermo.

 

Es mi mente febril la que me invita a callejear

 

Entre las sombras o al costado de un mar infinito

 

De turquesa y cobre donde el sol calienta mi voz.

 

Desde que el tiempo me ha hecho anciana hay un ruido

 

Que atraviesa mi día y mi silencio en la noche.

 

Sonidos nocturnos con silencio citadino fluyen.

 

A veces, escuchando a Bach o a Beethoven se sosiega

 

Y regresa luego con airado brío. ¿Caminan mis células?

 

¿Se entrechocan discordando o disputando el espacio?

 

El cerebro construye una fuente mágica con palabras

 

En un idioma desconocido que galopa entre mis venas.

 

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