lunes, 8 de febrero de 2021

SOÑADOR INCANSABLE

 

Allí está Luis, el primo de Ana, que no hace otra cosa que pensar en partir. Su cuerpo se estira observando el almanaque con el éxtasis de un visionario. Su elevada estatura parece una palmera que se extravía en un cielo inquieto. Sueña con un mundo, a mi entender y el de Ana, que no existe. Yo veo que su idea sobre el territorio exterior es tan irreal que su desilusión será terrible.

Luis es tímido por eso lleva la espalda encorvada como transportando una pesada mochila inexistente. Sueña y cree que detrás de un horizonte lejano encontrará un paraíso. Los ojos pardos y serenos atraviesan la resistencia a su realidad que bien parece escrita como destino.

Es bondadoso, descreído y tierno. Suele discutir con Ana porque ella porfía que nuestro “lugar” es el mundo y el “mundo” es nuestro lugar. El único. Mueve sus manos alargadas, cuyas venas surcan el alabastro de su vida dedicada a soñar. Luis nunca trabajó en tareas ásperas. Pero sueña con ser un aventurero. Estira sus largas piernas bajo el trópico resistente de su cintura y camina como un pequeño camello sediento. ¡Es un loco soñador! A veces le cae el cabello en mechones desordenados sobre los hombros y con sus palmas los espanta como a pájaros libertinos. Su barba de gurú hindú esconde los suspiros que despiertan los paisajes de “Sagrebi” el Cairo o los desiertos Andinos. Suele quedarse horas escuchando a Beethoven o a Luis Armstrong. Yo lo observo como a un avatar, sonriendo y espero. Solo espero.

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