Entré en el profundo
túnel que me acercaba a la estación de tren urbano. Bajé varios pisos. Ya era
imposible utilizar la zona de cabinas exteriores. Necesitaba llegar a la mega
polis de Orfeo. Allí me esperaba el equipo de transferencia robótica.
Me ajusté el nuevo traje de fibra adhesiva que inventara
Largon Mhozler en el taller-laboratorio espacial del planeta Zorious XXVII. Me
enfrenté con un Zorro-Índigo, que me detuvo en busca de mi Chips ADN. y número
de clave de Dignidad Vital.
Una nube bermeja se acercaba al planeta y seguro
colapsaría con mi móvil. Me propuse enfrentar a los zorros-Ïndigo que
bastoneaban con luces metálicas mi carrera. Huí, ligera como láser y me escondí
en la caverna de Ursalania. Allí, encontré un robot humanoide, que me atrajo a
un lugar espejado. Estaba hundido en medio del río de gases y sin embargo supe
que encontraría refugio. Dejé mi transporte y subí a un tren que me alejó por
laberintos que desconocía. Al llegar a un sitio donde se detuvo el vagón, me esperaba
un emisario de la “Comarca Blanca”, la única en donde aun se puede ver algunos
humanos vivos. Son los “Ancianos”. Los veneramos. Sus conocimientos son de un
valor incalculable.
El Mayor, habla varias lenguas perdidas. Su voz se cuida
y se preserva para no perder la “Sabiduría” de los siglos. Un robot me indica
que me acerque. ¡Qué privilegio! Me señala una pantalla con figuras hermosas.
Hay mucho verde y azules. Me enseña un mar parecido al de nuestro planeta. Me
muestra un enorme panel en el que se ven seres muy extraños. Sus manos están
surcadas de venas y sus dedos deformados me tocan. Es tibio, cálido y suave.
Los otros ancianos palmotean.
Han descubierto mi
“verdad”. Soy “Hembra” y ellos me necesitan para que produzca otros seres como
yo. ¡Estoy feliz! Entro en la cabina de los elegidos. Seré una madre-nodriza de
laboratorio. Nuestro planeta será completo ya que me unirán a unos genes de un
humano. Ahora mi vida cambiará. ¡Al fin, me viaje no ha sido inútil!
Desde la cabina, veo pasar nubes de gases de muchos
colores y mi cuerpo comienza a prepararse para recibir la fuerza vital. ¿Cómo
será ese ser que saldrá de mi cuerpo? Voy a dormir. Cuando despierte habrán
pasado varios crepúsculos y ya seré una adulta. ¡Qué intriga! Ahora comprendo
la palabra Futuro.
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