miércoles, 22 de diciembre de 2021

INTRIGA DEL MÁS ALLÁ


         Las piedras del estrecho camino malgastan las suelas de los zapatones de Jeshua. Un olor acre a sudor mezclado con excremento humano y orín, cachetea el buen humor del joven arqueólogo. Su buen gusto y educación refinada lo deja pávido. ¿Eso será todo el tiempo? Ha llegado a Tel Aviv, el jueves. No quiso esperar el sabash, para conocer la sinagoga más famosa entre los conocedores de arte de París. Cuando ingresó, lo afrentaron los enormes bitreaux de Marx Chagal. ¿Qué maravilla! Quedó un rato largo disfrutando el ingreso del sol en los cristales multicolor. Pensó en la gente de África y recordó sus disputas con ciertos clérigos católicos. Sonrió. Un rabí se acercó y lo invitó a salir. La sorpresa lo dejó en silencio. ¿No estaba siempre abierta la gran sinagoga? No. Hay atentados, dijo el rabí y suavemente lo empujó cerrando la enorme puerta. Tras él, quedaron sus contradicciones.

         Ya en la calle buscó un taxi e hizo que lo trasladara a la Terminal de micros. Allí buscó el transporte que lo condujo a la zona de Haifa. Se durmió un trecho. Despertó en dos oportunidades en que soldados armados detuvieron el bus para observar la documentación de quienes viajaban. Sus armas, ametralladoras modernísimas,  los hacían desplazarse con cierta dificultad. Sus rostros desencajados, lamentables, miraban con asombro a los viajeros extranjeros. Cargaban granadas. ¡Tan jóvenes! Piensa. Esos muchachos crédulos. ¡Cretinos! ¿Quiénes? ¿Los  jóvenes muchachos que van a la muerte o a matar o los que detentan el poder? ¡Políticos inútiles enquistados en sus bancas sin lograr una paz entre los beligerantes! Desciende y se ve rodeado de un gentío promiscuo. Árabes, monjes cristianos, turistas del mundo, palestinos, más monjes cristianos, mercaderes, orientales cargando electrónica que atrapa o pretende atrapar la historia… idiotas. ¡Todos idiotas! Todos.

         Camina sin detenerse. Allí el olor es diferente. El vientecillo alarga el perfume del mar lejano. Sonríe. No es muy diferente del metro de París. El tufo humano, ahora que se ha poblado de gente extranjera: árabes, africanos; esta población es idéntica a la parisién. Reconozco que los parisinos no somos muy amigos de gastar agua en duchas largas como los americanos, pero toda Europa tiene poco agua y el mundo estará en guerra por el agua en los próximos siglos…Recuerda su beca en New York. Allí no era un lujo bañarse. Sigue transpirando para mimetizarse con el gentío. Su meta es la tumba que ha encontrado debajo de un antiguo muro Rudolf, apenas una semana antes. “Es del siglo I, y está intacta” – ese fue el e mail que recibió. -“Ven urgente” - y para allí partió en cuanto tuvo su visa aceptada. Convocatoria y solicitud que emanaba de un equipo multidisciplinario, que si bien estaba diseminado por otros territorios, se juntaba en 48 horas tan pronto se comunicaban.

         Primero llegó Celso Mucci, especialista en excavaciones; luego Damaris Hainzhë, doctora en desconocidas lenguas muertas; a Chakravarty Dattha, joven indi, investigador de las interrelaciones religiosas de oriente y occidente, costó recuperarlo, ya que estaba prisionero de los talibanes y se tuvo que recurrir a una fuerte presión de príncipes sauditas. Su liberación fue aplaudida por el mundo entero. Julios Patershonn llegó tras él. Geólogo e ingeniero avezado en capas tectónicas, era imprescindible para este trabajo y estaba en la zona de Nazca. Los demás eran colegas de Israel. Conocen su suelo, sus costumbres y nos facilitarán el movimiento. Pensó y comunicó al equipo ávido de comenzar.

 

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