miércoles, 8 de diciembre de 2021

SOLITARIA

 

                                           Estar acompañado, no es estar con otro; sino en otro.

 

                                            Cada ancla me atrapa en la oscuridad marina.

            Soy un insólito trampolín sin lecho límpido.

            Camino sin cesar por la ruta infinita de la orilla.

            Y un mar me expulsa con dolor de sus aguas ambarinas

            Mi lecho cubierto de guijarros es la vida agreste.

            La luna me observa escandalosa y verde.

            Mi barco se desliza en la arena hirviente

            arrastrando un cometa con hilos de perlas grises

            Color de lágrimas en el tiempo escondidas.

            Y, allí estoy yo, sola conmigo. Sin otro,

            sin amor, ni alegrías, ni sonrisas, sola.

            Adentro de una mar embravecida y misteriosa.

            Las anclas se clavan en mi vientre que envejece

            dejando en el horizonte señales luminosas.

            Estoy sola como siempre. Mi lecho helado se derrite.

            No cantan las aves en la madrugada, lloran.

            Aprendí a soñar, a ver correr los días y las horas.

            Nadie escucha mi voz, solitaria y simple.

            Estoy dentro de mí, como antes, como ahora  

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