lunes, 21 de noviembre de 2016

ALQUILER DE VIENTRE


Cinthya Mac Rowells después de la operación supo que nunca quedaría embarazada. ¡Cosas del destino! Su fortuna era voluminosa en bancos de su país y del extranjero, pero supo también que para Patrick, su prometido era imprescindible tener un descendiente y si era varón mejor. ¿Qué podía decirle, la verdad? La abandonaría por esa fila enorme de muchachas casaderas de Danbury.
Tomó la determinación de mentir. Escandalosamente y tenaz aparentó estar embarazada para que Patrick le pusiera el codiciado anillo en el anular y la llevara al altar.
Estaba hermosa y el hombre se obnubiló viendo a la graciosa mujer que esperaba su hijo. El padre O’Cannohill quiso intervenir para aclarar ciertas cosas, pero fue imposible acercarse a los Clark, todos eufóricos con el acontecimiento.
En el viaje de bodas, Cinthya sorprendió a su joven esposo con descomposturas y teatralizó hasta el día que se indispuso y una hemorragia poco convincente no la quiso delatar. Ella lloró la pérdida del bebé. Regresaron a Danbury y comenzó la extraña vida de la pareja.
Una mañana la joven esposa sacó su BMW y se metió en una barriada oscura. Paró en el 9014 de la calle Nolan y descendió directamente a una casucha humilde donde la esperaban. Allí contrató el vientre de una inmigrante ilegal, que no salía a la calle por miedo a los inspectores de Aduana que deportan a cada indocumentado que encuentran. Era una joven blanca, de origen latino pero con ascendencia europea. Ojos grises como los de Patrick y cabello castaño claro como el suyo. Pagó cinco mil dólares por adelantado, al nacer el niño, pagaría diez mil más y todos los gastos de medicinas, vitaminas y hospital, que debería ser privado para poder quedarse con el niño.
Dos días después trajo en un condón herméticamente cerrado la semilla de Patrick. Pasó un par de meses y el embarazo estaba plenamente monitoreado. Eran tres bebés, dos varones y una niña. Mientras tanto Cinthya, aparentaba estar nuevamente encinta. Pero disimular tres era demasiado. Con absoluta frialdad le ordenó a la mujer que abortara.
Ésta se negó y amenazó con hablar a la familia Clark. Cerca de la fecha de parto, en medio de un gigantesco lío, tuvo que decirle a Patrick la verdad. Él en silencio, la siguió hasta la casa de la sustituta, y de dos balazos mató frente a la mujer a una Cinthya, que no supo nunca el por qué. Cuando llegaron los policías, Patrick con la futura madre de sus hijos, había desaparecido.



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