lunes, 21 de noviembre de 2016

ROSAS BLANCAS

Destino de una rosa blanca… un destino inescrutable.
                                                          

         Cayó un árbol robusto donde anidaban zorzales
         Ha dejado una estela de silencio y lágrimas

Donde la piedad esgrime su sutileza de árbol,
tan sólo resta un muro señalando la huella.

Un camino, con una marca oblicua de la pisada ajena.
Un desierto de sueños  para el retoño, que ha quedado
con los brazos abiertos, reseca la garganta.

Escapa un reflejo de su labio marchito.
La sonrisa olvidada en tiempo de alelíes;
en tiempo de cometa.

Una rosa blanca marchita en su mano yerta.
Los párpados de alabastro dormido
mirarán otro sitio de azul pradera añeja.

Una rosa de agua se aleja por el río.
La palabra redonda gira
en el silencio del misterio calcáreo de la muerte.

Recuerda,
que los pájaros no vuelven,
la mirada tampoco.


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