miércoles, 30 de noviembre de 2016

POEMA 095

Y un día, un día como hoy
atravesaré la calle como el duende curioso
como la lluvia fina que desgrana lamentos y
un perro solitario detendrá la pisada gótica del viento
Arrancaré una espina
caerá una rosa con pétalos mojados
sobre las pulcras piedras de la esquina
nuestra esquina donde los augures
transformarán una vez sola en marejada de escombros
el espectral camino de mi talle perdido
solar vegetal de tu mirada
remanso cauteloso de los ojos  que dormitan.

Una aventurada marcha hacia mi trenza de hieba
besando el polvo de la calle despierta como un alce
con los cuernos atrapados en las ramas del destino.
y una grutas profundas colmarán mi cintura
con caricias de estrellas o rasguños de tigres
dejando que los pétalos de las rosas me cubran en el lecho
y los escombros gritarán tus palabras prohibidas.
Déjame dormir en silencio de huesos olvidados
para calmar mi apetito de solidario encuentro con mi Dios
escondido en las tinieblas del cielo. Quiero dormir ahora.



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