una mañana clara
despertamos con urgencia
de besos
y en mi cuerpo
dormido se engendró un ovillo
de mariposas que
abrieron destellos
de azabache
tu cuerpo
erguido en simiente de mandrágora
penetró la
penumbra de mi cuerpo
cayó un lago de
chispas
quedamos
flotando a la deriva
tras la
corriente del río de los sueños
que llevan al
mar bravío.
Fue una historia
distinta
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