Atajo en el estanque las libélulas
de arcoiris en la niebla
Subo por la escalera de agua de los
suspiros; plata y oro.
Contagia el susurro de la brisa
inestable los labios rojos,
De la luz en la tiniebla de la
playa solitaria.
La cascada de fuego gotea su dulce
crepitar de hielo,
De sombra, de hadas , con su magia
de rosas negras,
Que caminan por las aguas umbrías
de una ciénaga
Esa que se forma con sangre, greda
y vino.
Y la copa de cristal con aristas de
estrellas y humo
Perfilan la inocencia del agua que
descarga su fluir en la roca.
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