Juan José
se escapó de la casa con doce años.
Escapó de golpes y hambre. Se colgó del vagón de un tren de carga que
iba a cualquier parte. Él, nunca había salido de su barrio. Se despatarró en
medio de un montón de fardos de lana recién esquilada. Quedó en un pueblo cerca
de la frontera. Odiaba a su madre que lo golpeaba cuando bebía, también
maltrataba a la abuela y a su hermana. Él, no quería seguir viviendo así.
El padre
había huido de la casa hacía años, cuando el tenía cinco. La hermana dos. Nunca
había ido a una escuela, no sabía leer ni escribir. La madre lo obligaba a
trabajar de cualquier cosa y le tenía que dar las monedas que le daban por su
tarea. Aprendió a robar… comida y dinero.
Supo que
había llegado a un río y que se llamaba Paraná Guazú. Se escondió en una casa
que estaban construyendo y luego en una que encontró cerrada sin personas
adentro. Entraba por una hendija y disfrutó de un sueño increíble. La casa era
hermosa, estaba limpia y solitaria, tenía toda clase de objetos que él, nunca
había visto. No los tocó porque no sabía para que servían.
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