miércoles, 30 de mayo de 2018

TAL VEZ YA LO COMPARTÍ


TÉCNICA PARA ENCONTRAR UN AMOR         

   Busca en tu corazón la necesidad de tener una pequeña libertad. Luego atrapa una quimera y trata de retenerla. Tendrás  primero que caminar descalza por la hierba húmeda por la mañana. Será importante que aunque no hayas dejado de amar busques la luna reflejada en la laguna de sus ojos. Mira el horizonte y escóndete entre tus alas que plegarás un tiempo
   Luego administra los suspiros. Ellos te servirán más tarde. Entonces danza un tiempo limitado abrazando el rocío con tus pestañas entreabiertas. Tu corazón ya vibró un instante, la libertad que asomó entre las ramas generosas del jardín en flor te ofrendarán tibieza. Allí quédate suspendida. Tu pie debe ser ligero. Salta. Aprieta en tus manos suaves el cándido rostro espejado de la vida joven.
Después, verás que detrás del bosque está mirándote un unicornio que escapó del Arca. Aprovecha su lomo y huye al borde del acantilado y lo verás. Es bello. Danzarás sin poder detener el tiempo. Es el amor que se disfraza de duende para que no lo toquen las bellas sirenas del mar. Persigue su paso para desentrañar el otro lado de la luna. Ahí, vive una enorme matriarca. Respira su perfume y se irá la niebla.
Finalmente, busca el arco y la flecha. En la orilla del camino encontrarás una flor. Un ave de plumas azules y plateadas. Allí se esconde su figura. La juvenil belleza del amor que se detiene si lo acarician y no volará si le muestras tu pecho de piel suave. Tu inocencia de niña. Tu capricho de doncella. Tú, mujer dorada. Tú, primigenia madre de la tierra.
Has llegado. No busques más. Allí está él. Corre y bésalo en la frente, en los labios, en cada rincón donde escribe tu nombre con tinta de color violeta. Ya llegaste al final. Llegaste.


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