lunes, 6 de marzo de 2023

LA CASA

 

La calle era de tierra, sin otras construcciones que aparecieron lentamente con el transcurrir del tiempo. Era una isla, un castillo con balcones y puertas de aldaba que sonaba como llamador de grandes acontecimientos. El mármol la identificaba. Las escaleras sedientas de mostrar que estaba  a la altura de las ilusiones de quien planificó la casa. Ahora es un vulgar espacio comercial, fue una mansión envidiada en su momento. Hornacinas con pequeñas figuritas de marmolina traídas de Italia, muebles de estilo y cuadros. Servicio de personal con uniforme almidonado, como en las películas en blanco y negro de la época. Y las mujeres de la casa leyendo, siempre estudiando o aprendiendo a ser “amas de casa” perfectas. ¿Dónde quedaron? Como En la Casa Tomada de Julio Cortazar, siguen soñando con su mundo perdido. Sí, hay un fantasma que merodea en sus habitaciones. La bella hija del medio, la rebelde, la más liberada de su historia de penitente. La otra, la menor, cierra los ojos cuando pasa por el lugar escapando a una realidad morbosa. Todo ha cambiado y escapa de la triste realidad de su visión. La casa se muere lentamente, como esos mausoleos que ya no tienen dueños porque todos están dentro y nadie reza por ellos.

Lúgubre es ver que estamos rodeados de miserables personajes tristes, sin amor a la belleza y al contener lo hermoso de una historia.

A veces recordamos las fiestas que se desarrollaban en la casa. Mesas con manteles de hilo blanco, vajilla de porcelana y copas de cristal. La comida… una exquisita muestra del poder de sus dueños que se afanaban para esconder que la que se desarmaba cocinando era la mujer, la madre. Hubo un tiempo que los automóviles llenaban la calle y las señoras usaban sus mejores trajes para asistir a los saraos. Hoy son sombras. Humo. Espectros.

Los fantásticos platos sacados de la muy exitosa “Petrona de Gandulfo” que hoy llora en un anaquel de la biblioteca de una de las mujeres de la casa… ¿Claro quién puede hacer esos manjares caros y que llevan días de cocción en una cocina pequeña? Sueños. Éxtasis.

La casa se derrumba descascarada las paredes y sin el donaire de su época glamorosa.

 

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