lunes, 2 de abril de 2018


DESCALZA

Me detiene tu sonrisa en medio del tráfago intangible
De la calle enredada con láminas de acero.
Las luces cotidianas descalzan mi sonrisa
Me siento adormecida con el ruido del viento que desflora el prado.
A mi derecha el sol se esconde y regresan los pájaros al nido.
Atrás está el olvido, tan desprevenido como perro perdido.
No hay delante un fuego, ni un umbral de cieno.
Caminaré despacio con mis manos sedientas
Entre los fríos prados de pasto y cemento.
Me sentiré defraudad, pero no tengo miedo
Apenas se desate esta tonta refriega
Volveré como esponja mojada en la espuma del mar.
verás mi largo vestido de seda flotando en la vereda
mis pies descalzos en la fiera ventisca de la noche.
¿Dónde estarán las llagas de mi vientre dormido?
Un arpegio de rosas revoloteando en la esfera de la luna.
Descalza, brillarán mis dedos en el cabello sediento
donde se arma en greda un ánfora de estrellas amarillas.

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