jueves, 16 de mayo de 2019

ADIÓS




Llegando a una cima de la vida, arrastro
una enorme red, con ternura  elaborada
- sacrificio de horas de  almanaques-
van prendida en ella como anzuelos
herrumbradas  penas, añoranzas mohosas
algunos agujeros provocando risa
tal vez color de sol o extraña maravilla
o aquella flor marchita, un cuchillo de azúcar
un cesto grande de infinita soledad
que atropella con besos la frente despejada
un ovillo de lana que juega con el gato
mi larga caminata matinal en la vereda
una señal de augures y marionetas de papel
barcos de hechos con láminas doradas
abanicos de lágrimas y risas. Peces y mariposas.
Estoy despidiendo el día en plena mañana.
Me voy, con los brazos llenos de peonías.


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