jueves, 16 de mayo de 2019

UN SONETO




Ese fuego que alimenta la sonrisa
se eleva desde el fondo de su alma
regalando a la vida tanta calma
como a otros les impulsa el tener prisa.

No hay calor más fuerte que electrice
la mirada de un amante que no alcanza
a tener en el pecho una esperanza,
o los brazos y manos plenas de caricias.

Es por esto que yo creo, que  el amor nos eterniza
y nos llena la vida de enorme templanza,
para lograr que se llegue a la vejez amiga

con el rumor de un fuego dulce, y alabanzas.
Para que la noche oscura de la muerte desdiga
que no se puede vivir sin dulce calor en el alma.


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